Es un libro que critica el estado del ejército del Perú, con unos personajes muy elaborados y unas personalidades muy bien definidas. Uno de los rasgos que me ha gustado ha sido la ironía con la que las "visitadoras" tratan a los soldados: utilizando diminutivos y en algunas ocasiones rebajándoles el rango.
Su lectura es amena y fluida debido a que gran parte del libro es un continuo diálogo y un intercambio de documentos para regular el "servicio". Estos en algunas ocasiones puede que creen cierta confisión pero, por otra parte, hacen que uno se introduzca más en la lectura y que se compenetre más con los personajes. Otro de los rasgos que puede llegar a dificultar su lectura es el uso de términos de las lenguas indígenas. Pero, sin lugar a dudas, es una novela que merece ser leída.
Romina Reiriz García 1º Bach. B